Una de las cualidades primordiales que debe tener todo escritor es seguridad en si mismo.
Generalmente el mundo del arte está plagado de opiniones diversas debido al carácter subjetivo de su contenido y aunque existen leyes de estructura, gramática y ortografía por las que se guían los críticos profesionales a la hora de enjuiciar una obra artística, más de un escritor ha trascendido por romperlas o alterarlas.
Romper esquemas
Los escritores principiantes deben tener mucho cuidado a la hora de jugar con las leyes del arte porque estas solo deben ser alteradas cuando el creador necesita expresar un contenido específico de una manera especial.
Si este impulso no nace de un convencimiento, de una necesidad de expresión, será un producto falso y engañoso que morirá cuando termine la moda.
Nunca se deben alterar las leyes que rigen el arte por snobismo o deseo de llamar la atención de la crítica porque es una manera de traicionar la creación misma.
Necesidad de la crítica literaria
La subjetividad que encierra el mundo de la literatura y el arte hacen que la obra literaria sea muy difícil de juzgar, sin embargo enjuiciarla es uno de los deleites del público en general.
La profesión de crítico artístico surge por la necesidad de orientación que tiene el público en general que antes de leer un libro o asistir a una función teatral, se pregunta si valdrá la pena gastar su dinero en consumir ese y no otro producto artístico.
De esta manera el crítico literario o artístico se convierte en un orientador de las masas interesadas en consumir arte, por lo que su juicio se convierte en un arma poderosa capaz de darle éxito o dejar caer cualquier obra artística.
La mala crítica
La crítica literaria es mala cuando se basa en la opinión o el gusto del crítico y no en las leyes básicas del arte.
A pesar de esta gran verdad, toda crítica literaria y artística está plagada de la subjetividad del crítico quien no siempre tiene la verdad en sus manos aunque se sienta muy poderoso.
Por esta razón, la crítica literaria puede destruir a un escritor que no tenga seguridad en si mismo, quitándole los deseos de continuar su carrera.
La buena crítica
Es aquella que pone en contexto la obra literaria o artística y ateniéndose a las leyes del arte, analiza el producto artístico.
La crítica inteligente y constructiva ayuda al público y al escritor en la medida en que ofrece un estudio o disección de la obra artística.
No se trata de hablar bien o mal, se trata de ser lo más objetivo posible. Si alguien quiere ser un buen crítico profesional, debe tener conocimientos de las leyes y la historia del arte y aplicarlos a cada momento, tratando de excluir en lo posible, sus gustos personales.
La crítica y el gran público
Actualmente vemos que la prensa publica por separado la opinión de la crítica y la opinión del público, sobre todo en materia de cine.
El público en general consume el arte de entretenimiento por una necesidad de enajenarse de la realidad, no por una necesidad de disfrute estético, dejándole un margen muy estrecho al crítico profesional.
Sin embargo existe un público más reducido y educado que encuentra placer en el arte y presta atención a la crítica literaria o artística y necesita orientarse antes de leer un libro o ver un espectáculo.
Conclusión
El escritor debe de tener seguridad en si mismo y analizar continuamente su obra artística para encontrar su verdad.
Si bien el crítico literario orienta al público, el escritor tiene que orientarse a si mismo aunque no siempre sea reconocido por la crítica o el público.
1 comentario:
Muy interesante, gracias.
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