Si bien la novela es un género de la narrativa, en ella están contenidos los demás géneros de la literatura. Esta multiplicidad le confiere una flexibilidad única a la novela al punto de convertirla en un género muy atractivo para escritores y público en general.
Sin embargo, los diálogos juegan un papel importante dentro de una narración en la medida en que ayudan a adelantar la acción de la trama y completan la construcción del personaje.
El diálogo y la trama
Existen dos tipos de diálogos, el activo y el pasivo.
El diálogo activo está en función de la trama y para que resulte, debe de estar compuesto por verbos que ayuden a adelantar los sucesos.
Es bueno recordar que en los verbos está contenida la acción y a través de ellos podemos agilizar algunos momentos de la trama, siempre y cuando sea necesario.
El diálogo pasivo contiene más adjetivos y se utiliza solamente cuando el autor desea resumir la acción o sea cuando necesita que un nuevo personaje conozca lo que pasó o conozca quién es el otro.
Los diálogos pasivos deben parecer coloquiales, a pesar de que la intención del autor es informar al lector o a otro personaje, por tal motivo es imprescindible que sean muy sintéticos para que no se conviertan en otra narración.
La voz del personaje
Las palabras contenidas en un diálogo deben parecer verosímiles al lector y para lograrlo, el autor debe de tener en cuenta todas las característica del personaje, la personalidad, la cultura, la profesión, etc.
Cuando un personaje tiene voz es porque el autor ha llegado a conocerlo de tal manera que puede expresarse a través de él sin ser descubierto.
Algunos autores suelen colocarse en el lugar del personaje como si fueran actores y de esta forma encuentran la voz que le pertenece al personaje en cada situación determinada.
Los personajes y su forma específica de hablar
Dentro de un diálogo donde participan dos o mas personas deben de existir matices diferentes que identifiquen a cada cual por su forma de hablar.
De lo contrario, se corre el riesgo de dejar ver la voz del autor que es como que se vean las costuras de una pieza de vestir o los esfuerzos de una bailarina para lograr los giros que con tanta gracia ofrece durante el espectáculo.
El producto final de una obra artística tiene que llegar a las manos del público con una elaboración tal que las gentes no se percaten del artista que está detrás.
Los diálogos como balance armónico
Una novela debe de tener armonía en su estructura y para lograrla es necesario que el autor trabaje imitando las olas del mar o siguiendo las pautas de un concierto.
En otras palabras, el autor debe de ser capaz de mantener la atención del lector y la gran ventaja que nos ofrece la novela como género es que en ella están contenidos los demás géneros.
Resulta muy conveniente matizar la acción con diálogos que rompan la cadencia que traíamos y de esta forma mantener al lector activo.
Conclusión
En una buena novela no pueden faltar los buenos diálogos y estos, como la narración misma, tienen sus leyes internas.
El diálogo para estar en función de la trama debe contener verbos y para informar, debe de ser muy sintético, de manera tal que el personaje sea capaz en pocas palabra de situar al lector o a otro personaje, sin que su discurso se convierta en otra narración.
Es conveniente dejar fluir el actor que tiene todo autor dentro y colocarse en el lugar de sus personajes para encontrarles la voz interna y de esta forma, hacerlos hablar.
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