jueves, 18 de marzo de 2010

El escritor es el peor crítico

Es común que los escritores intercambien entre si sus textos y se den opiniones sobre sus obras, pero esto sucede generalmente entre grupos de artistas que la profesión los ha unido en amistad y por ética se reservan sus comentarios.

Esta hermandad artística, difícil de lograr, puede ayudar a los creadores en la medida en que se dan aliento unos a otros para seguir y en la medida en que se señalan los puntos verdaderamente débiles de sus obras con la única intención de ayudarse para mejorar sus textos.

Comentarios públicos

Sin embargo, generalmente cuando un escritor se decide a hablar públicamente de la obra de otro autor es porque le ha encontrado méritos suficientes que desea destacar.

Es más difícil que un escritor salga a la palestra para destrozar la obra de otro autor porque podría recibir el mismo trato por parte de otros escritores.

Además, hablar de materia literaria es algo sagrado para los autores, por lo que para ellos, solo merece un comentario lo que puede enorgullecer a la profesión.

El compromiso de criticar

En ocasiones, al escritor no le queda más remedio que hablar públicamente sobre alguna obra literaria que no le gusta o que le encuentra demasiados defectos.

En esos momentos en que prepara sus palabras y se debate entre decir lo que piensa verdaderamente o mentir por múltiples razones no literarias, solo lo puede salvar su ingenio.

Muchas veces se puede hablar con palabras colocadas de manera que parecen un elogio, pero en realidad no se están diciendo nada ni para bien, ni para mal. A ese tipo de disertación se le llama discurso velado.

Comentarios de pasillo

Es más frecuente que las críticas agrias se realicen a nivel de pasillo dentro de los círculos de escritores, lo que se presta a chismes e injusticias motivadas por rencillas o celos profesionales o de otra índole.

En los pasillos se puede escuchar cualquier barbaridad, en ocasiones expresada con la intención de desprestigiar a algún colega por diversas razones que tal vez no tengan que ver ni con la literatura.

Aunque estos chismes críticos no son publicados en ninguna parte, puede que le hagan daño a la imagen de algunos autores, principalmente los más noveles que aún no han logrado asentar sus obras en las grandes editoriales.

¿Se puede confiar en la crítica de otro autor?

Cuando un autor está en los comienzos de su carrera es vulnerable a cualquier comentario de otro colega y en ocasiones una opinión ajena puede paralizarle la creación.

No quiere decir que el autor-crítico sea un mal intencionado, sencillamente puede que no comprenda el mundo creativo y los códigos personales del escritor novel.

Es importante que el escritor principiante busque comentarios de escritores responsables, sobre todo de aquellos que han desarrollado a la par una carrera educativa y poseen los métodos y las herramientas necesarios para ayudar.

La seguridad en si mismo

Los escritores principiantes deben aprender a crearse una coraza de acero que les proteja su ego y sus sentimientos.

Solo se sale adelante el que es fuerte, el que echa a un lado la hojarasca y se crece gracias a sus adversarios profesionales.

Es necesario que todo escritor crea en si mismo, en lo que es capaz de crear y tome en cuenta solo las opiniones que le convengan a él para mejorar su trabajo.

Conclusiones

Es recomendable que todo escritor trate con respeto la obra de sus colegas y si llegan a ser amigos que sean honestos entre si y se ayuden por el bien de los dos.

Todo escritor novel debe buscar el amparo de los círculos académicos y donde podrá encontrar a algún escritor - educador que le guíe en sus primeros pasos.

Por lo general los escritores son malos críticos porque se tiene compasión los unos a los otros.

2 comentarios:

Felix Anesio dijo...

Si,estoy de acuerdo en que el escritor es el peor critico posible. Existen limitaciones para sacar provecho de la critica constructiva(esa que ha de coadyuvar al futuro desarrollo de la obra),cuando se tiende a la autocomplacencia de caracter narcisista que resulta literariamente algo patologico, y que por desgracia,es mas comun de lo que pensamos. Cuando se escribe apasionadamente,como si en ello nos jugaramos la vida, se debe pensar tambien (y desear)con la misma intensidad, en la critica profunda de la forma, el estilo, la resolucion efectiva de la obra,etc. En fin, hay que estar desprejuiciados y no creerse uno nunca de que se ha logrado la obra de perfeccion, esa con la cual se puede sonar pero con los pies puestos en la tierra y esperar los resultados de la critica profesional.
Si no exorcisamos en nosotros mismos la autocomplacencia, si no estamos preparados para discriminar la critica objetiva, de la malintencionada o vanal, creo que no mereceriamos el apelativo de escritor. Un buen escritor, ademas del talento, motivacion y conocimiento necesario podria compararse a un ingeniero estructural(es solo un ejemplo),que cuando se equivoca por no haber valorado criterios tecnicos diversos, se desploma la obra y esto le ha de costar bien caro ante la sociedad y la justicia. Algo aprendi de eso en mi vida, y a gracias a Dios,nunca me ocurrio.Un escritor ha de ser consciente de su obra, como si con ella tambien se jugara la vida. Bienvenido pues, el ejercicio del criterio... Ese que ha de ser como un latigo,pero con cascabeles en las puntas, como bien senalara el maestro de todos los cubanos.
Su amigo Felix Anesio.

Rolando Santini dijo...

la relacion entre escritores es generalmente de competencia es por eso que una buena relacion es en el medio la exepcion. es mas facil una relacion desde el paternalismo porque ella lleva implicita una condicion de superioridad por una de las partes, tiene que existir una quimica muy grande para que se de una critica sincera y ella llega a travez de la amistad.generalmente los escritores son egos demasiado fuertes para concederse la generocidad ideal que muchas veces esperamos de ellos por eso concuerdo totalmente con anesio
saludos desde miami

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